María Marticorena, nació el 16 de Noviembre de 1977 (A Coruña).

Alegre y con algún que otro rasgo característicamente muy expresivo: sus ojos, su boca, y sus pequeñas manos y pies.... nunca paraba quieta, lo que resultaba gracioso; al mismo tiempo que contribuía a definir una personalidad alegre y profundamente creativa. Dicha personalidad le ha permitido casi siempre conseguir todos sus propósitos. El vitalismo (entendido desde un punto de vista artístico) lo adquiere debido a sus gustos que siempre, y de uno u otro modo, han estado encaminados hacia temas generadores de ideas plenamente vinculadas y en total consonancia con el mundo del arte. Con el paso del tiempo y poco a poco estos temas han ido constituyendo el eje vertebrador y central que actualmente guía su vida.

A sus padres los recuerda con humor y alegría. Su madre era profesora de plástica en un colegio, al que ella asistía al mismo tiempo como alumna, por lo que se puede decir que iban juntas al colegio. Esto en parte fue llevando sus pasos hacia un lugar en el que reside algo que aunque irremediablemente envuelto de significaciones, mágicamente premonitorias, le han proporcionado agradables experiencias, que si bien son extrañas y no comprendidas por todos/as, a ella le hacen sentirse a gusto y son capaces de suministrarle pequeñas dosis de energía en una recíproca interacción con el espectador.

Transformada a sí misma en una persona que posee una visión muy particular; sabe concretar determinados hechos cotidianos o no, y muchas veces inconexos y extraídos de la realidad, en una imagen distinta, a la que consigue dotar de una visión un tanto peculiar que nos transporta a un mundo muy próximo al nuestro lo queramos o no.


Biografía por José Rama Vazquez