JORGE-ERNESTO - 2007-07-08 00:00:00

“Remolino de emociones”, sentimientos encontrados cifrados en el juego de tonos, ebullición desde lo más profundo, contraste de colores en su lucha con la materia, laberintos difíciles de entender de lectura imaginaria, anatomía de los conflictos del ser, caprichos de la naturaleza, erosiones del destino en la mirada.

Sara Diciero viaja por los misteriosos pliegues de su imaginación para arrancarle texturas y colores que se revelan a lo previsto en su manifestación indomada, que se aposenta en la abstracción para mostrar un universo imprevisto, imagen de apariencia sólo vista en el corazón de piedras semipreciosas coralinas o minerales que habitan las entrañas de la tierra y que están cortadas con cegador filo para descubrir sus colores.

En esta obra, el rojo tiene presencia importante, sobre el cual la pintora despliega su danza cromática, dándole al ocre y al blanco lugar preeminente y equilibrador del espacio, dejándole al negro el rol de crear imágenes sin contenido real, con apariencia corrosiva, perturbadora, costras de heridas que curan, resaltadas por texturas aceradas, dulcificadas con el arrope de enormes trazos expandidos con la espátula, para que el laberinto cobre misterio, microcosmos que bulle en silencio.

Las emociones y su remolino, expresionismo abstracto que domina el color y las transparencias, con ricas texturas visuales y una composición que sugiere adentrarnos en el mundo de la pintora, y desde allí, con esos elementos que no pueden definirse realmente, pero que al mirar la obra se pueden descubrir en universos que están en la mente del observador, ya que la obra libera sueños, sugiere situaciones impensadas, nos deja sensaciones que despiertan a través del vuelo de la imaginación.

Sara Diciero, en su búsqueda ha encontrado un lenguaje para estar en contacto con las emociones; con su labor aislada y persistente, ensancha perceptiblemente la gama de experiencias orientadas a enriquecer las posibilidades de sugestión en el observador y la creación de nuevos caminos a la imaginación en su periplo por la nada.

Sólo queda felicitar a la pintora por el dominio de una técnica que le permite identidad en su estilo, logrando buenas obras de evocación abstracta para disfrute de la imaginación.