Cambió una escultura por un cuadro

15 de Abril del 2010 a las 17:09:43 1 Leído (599)

En la mañana de los sabados, suele pasear el rastrillo de antigüedades de Reus (Tarragona), con docenas de puestos con sabor retro, dedicados a objetos (adornos, herramientas, cuadros, libros, postales, juguetes, etc) de otras epocas. Considera Paco que este mundo va muy deprisa, se volvio coleccionista de discos de vinilo por lo mismo, nunca tubo tocadiscos, no estaban aquellos tiempos para dispendios ( ni tampoco estos, por cierto); pero alguien le regalo uno y eso dio pie a comenzar a conocer musicas que habian quedado atrás. Se le para el reloj escuchando la voz rota de Janis Joplin en su sublime canción Summertime, mientras le mesa los cabellos de la portada de su Lp, ( Janis fue considerada la más grande vocalista de blues blanco, alcanzaba con su amplitud vocal una gama de tres octavas), vamos que debía ser la hostia oirla en directo; murio de sobredosis a la temprana edad de 27 años.
Entre el ir y devenir de gentes, mirando unos y rebuscando otros los cientos de cachivaches, Paco se aproxima a un puesto dedicado a libros de ocasión, localiza dos tomos, van sobre la obra periodistica de Gabriel Garcia Marquez, Gabo para los amigos; son los articulos con los que se ganaba de chaval la vida, antes de consagrarse como escritor de libros como Cien años de soledad y de que en su curriculum apareciera la palabra Novel. Abre el Tomo I por medio, pag. 214, titulo: El hombre que rie.- Lo conocí ayer. Es un campesino de esos que, aunque se quiten el sombrero, siguen teniendo cara de llevarlo puesto…. Lo cierra ¡Jefe! ¿Qué le debo?. Son 20; con descuento y regateo se quedan en 16, se los lleva, seran sus libros de cabezera por mucho tiempo.
Más adelante se saluda con Batista Gallart, es un buen pintor de cuadro al óleo, de corte impresionista. Este le comenta que esta interesado en una obra que hizo Paco, (como hobby hace esculturas) fabricada en hierro y que se titula la Cabra II. Te propongo un tema para el cuadro y te la cambio, ¿vale?. Bien , ¡acepto!.
Desde entonces un cuadro de la Fuente Agria de Puertollano, vivo, lleno de color, fuerza y trazos vigorosos, con su gente, sus farolas, bancos, jardines y Casa de Baños incluida, cuelgua de la pared de su salón. Contento lo observa y considera que gano con el trato, pues por una cabra, tiene pintado uno de sus más queridos y añorados rincones de su vida.

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