La Universidad Pública colombiana

12 de Abril del 2008 a las 17:29:58 0 Leído (371)

La historia de la Universidad Pública Colombiana, como todas las historias, está llena de contradicciones. La mayoría de quienes nos formamos en ella procedemos de las clases bajas. Nuestros padres, que no pudieron tocar los dinteles de los claustros académicos eran (o son) albañiles, zapateros, lustrabotas, recicladores, tenderos, prostitutas, bomberos, policías, maestros, secretarias, amas de casa, aseadoras, campesinos, agricultores todos en su mayoría iletrados o con muy bajo nivel de capacitación o formación. Quienes tienen suficiente dinero, no utilizan la universidad pública para capacitar a sus hijos. Los mandan a universidades privadas como los Andes, Javeriana, Rosario, Autónoma Latinoamericana, Bolivariana o EAFIT, Y para que estudiamos en una universidad? Para aprender? O para superarnos y buscar para nuestros hijos un estatus diferente al que nos dieron nuestros padres? Y la respuesta es obvia. El solo aprendizaje no nos permite cambiar de estatus social. Pero el titulo académico si. Con el titulo universitario abrimos puertas que nos ubican en un escalafón superior de la clasificación social y queremos, pretendemos y buscamos que nuestros descendientes suban más que nosotros y se ubiquen mas arriba. Para qué? Para que consigan recursos que les permita un modo de vida diferente al que vivimos de niños!!! Cuál?: el de ver a nuestros padres mendigando, dándonos una sola agua de panela al día, racionándonos la ropa y comida, desplazándonos a la universidad a pie. Tazando útiles e implementos de estudio. Qué esto es mentira, una falacia? Pregunten en las oficinas de Bienestar Universitario cuántos almuerzos se subsidian para alumnos que no tienen un peso para subsistir; o pregunten en las residencias universitarias cómo se sostienen los jóvenes que viven allá. O indaguen con los estudiantes cuantos van a almorzar a casas de ricos (que ayudan a estudiantes de escasos recursos) . Desde muchos, muchísimos años atrás los estudiantes pobres, carentes de recursos económicos que pudieron llegar a la universidad han visto amenazada su estadía en las entidades de educación superior por los grupos de resentidos que no pudieron superarse o que mediocremente han logrado sobresalir. Si oteamos el pasado vemos que quienes fueron líderes estudiantiles dizque aguerridos, “revolucionarios”, anarquistas, iconoclastas, hijos en su mayoría de la “lumpen” y a quienes todo lo universitario les expelía hedor a “privatización”, burocratización, socialimperalismo, aburguesamiento, neoliberalismo u oligarquía, vemos que fueron unos ilusos que creyeron que el ejemplo de los guerrilleros de la Sierra Maestra que se tomaron el poder en Cuba el 1 de enero de 1959, era un ejemplo fácil de seguir en estos países. La historia les demostró que estaban muy equivocados. Todos esos socialismos o comunismos que se iniciaron con fervor en la década del 50 y que tuvieron su punto efervescente a fines de los 60 y en la década de los 70 hoy están aniquilados y con el correr de los años (Vease Maoismo en China, Comunismo en Rusia, Alemania y Cuba, véase Muro de Berlin, etc.) se demostró que ese no era el camino. Y que pasó con los belicosos adalides estudiantiles que motivaron las masas para que protestaran por el Plan Básico Nacional, la “colonización” gringa, la privatización de la U. Pública Hace 30 años? Sabemos, por ejemplo, que Amilcar Acosta Medina, el mas destacado líder estudiantil de la U. de Antioquia en los 60/70, fue nombrado después Gobernador de la Guajira y posteriormente Presidente del Senado de la Republica (¿??) entidades del “sistema” al cual con tanto encono vilipendió y atacó; Jesús Maria Ovalle, también de la U. de A., (Qpd) trabajó con el Gobierno Departamental de Antioquia, Luis Enrique Arango, líder estudiantil de la U. Tecnológica de Pereira, miembro del MOIR, fue diputado y actual Rector de la misma, Marcelo Torres, quien fuera el Representante estudiantil de la U. Nacional de Bogotá, fue diputado de Cundinamarca; Jaime Arenas Reyes (representante estudiantil de la UIS y cofundador del ELN quien después desertara de las filas guerrilleras para contarle al mundo lo que verdaderamente era “la guerrilla por dentro”(Tercer Mundo editores,1975) se inmoló al revelarse, Julio César Cortes (médico que murió en la guerrilla del ELN en 1968), Jaime Caycedo (Profesor de la U. Nacional), Hermías Ruiz (médico también del ELN, fallecido) y Francisco Mosquera Sánchez (fundador del MOIR quien murió en Bogotá el 1o. de agosto de 1994) Y otros como Fabio Vásquez Castaño, Heriberto Espitía, Ricardo Lara Parada, Luis Rovira, Mario Hernández y José Merchán, líderes estudiantiles que se fueron para Cuba a entrenarse en técnicas sobre como derrocar un gobierno y volvieron a Colombia a fundar el ELN que afortunadamente vemos hoy en proceso de extinción. Es lamentable saber que muchos de estos muchachos que fueron las mentes más brillantes de la intelectualidad estudiantil colombiana se hayan desperdiciado vanamente. Murieron creyendo que la toma por las armas y el cambio del “sistema”, era la solución a los conflictos de desigualdad, desproporción y diferencia social existentes en la nación. Lamentablemente no pudieron ver el desenlace de esa “malhadada” revolución en Cuba, China, Alemania o la Unión Soviética. Y que decir de Jorge Enrique Robledo, antiguo dirigente de la JUPA (Juventud Patriótica) y actual dirigente del MOIR y quien recibe sueldo del Erario Publico, Y Gustavo Petro, quien también ha escanciado el Erario colombiano en varias oportunidades algunas como la Embajada de Colombia en Bélgica, el Concejo de Zipaquira, la Cámara de Representantes y el senado de la Republica. Y si continuamos paseándonos por la Universidad colombiana de los últimos treinta años observamos que siempre, léase bien, siempre, habrá motivos para conglomerar al estudiantado y motivarlo a que “combata”, “pelee”, “denuncie”, brinque, chille y patalee por algún motivo. Este año es el TLC, el Plan Nacional de Educación, la privatización de la U (de lo cual se habla desde hace mas de cincuenta años) y las Transferencias, temas que el grueso de los universitarios (estudiantes y profesores) no sabe siquiera que son. Y mañana será, seguramente, la sobrepoblación universitaria, la falta de recursos hídricos o de hidrocarburos, la vejez de los edificios o de los “pensums” o currículos académicos, otra vez la privatización y la falta de recursos presupuestales o quien sabe que otro tema que se inventan los infiltrados a quienes les pagan sus movimientos fundamentalistas para que promuevan la anarquía y el caos como se viene haciendo desde remotas décadas. Y curiosamente, siempre serán esas “minorías agresivas”, amotinadas y organizadas, quienes acallarán la voz de las “mayorías silenciosas”, alto grueso de estudiantes amordazados por el miedo y la cobardía, que camina para donde todos caminan y ve para donde todos miran por el temor a que les digan “esquirol”, “macartista” o “rompehuelgas”. Y cuando un Rector, se amarra los pantalones y no le tiembla la voz para llamar a quien tiene la obligación de imponer el orden, o sea a la fuerza publica, lo tildamos de “vende patria”, “perseguidor” “entreguista” y queremos que se vaya. Para que? Para poner a quien? A alguien permisivo, tolerante, indulgente, a un titere, un muñeco condescendiente que consienta o permita todos los adefesios que en los últimos años han convertido a la U colombiana en una Cueva de Rolando, universidad maniatada, amordazada por los grupos sediciosos o insurrectos que muy descaradamente hablan de no dejar acabar la U publica y son ellos quienes la socavan o la destruyen. Son quienes violan las paredes de los sagrados recintos de los claustros escribiendo consignas “revolucionarias”, elaborando papas bomba, o destruyendo laboratorios, muebles y enseres que son colocados en las famosas barricadas o “atrancaburros”. Si todas las universidades colombianas tuvieran rectores aguerridos, con autoridad y temple y no esa partida de timoratos y mediocres que dirigen la universidad pública, las clases populares, nuestros hijos, podrían hacer sus semestres y carreras en un tiempo normal y no en el doble de tiempo de lo programado oficialmente es sus facultades o escuelas. En la U colombiana hay una cantidad de docentes apáticos, pasivos, indiferentes, que no sabemos porque están allí solamente exprimiendo al erario público. Son un numeroso grupo dizque de “universitarios” que no les da vergüenza dejar de trabajar por más de quince días y después muy orondos preguntan si van a pagar. A la caterva de maulas que no quiere estudiar, saquémosla de los claustros. Démosle clase a los que desean culminar sus carreras. Sudemos nuestro salario. Mostremos con orgullo nuestro titulo de profesores y cumplamos con el deber constitucional para el cual fuimos nombrados, de formar juventudes, de enseñar lo que sabemos. Hagamos seguimiento a los estudiantes que curiosamente terminan una carrera y empiezan otra y otra y otra, no con el fin de capacitarse o formarse sino con el ánimo de permanecer dentro de los claustros reclutando y aleccionando incautos para conformar las milicias urbanas y promover los disturbios y ocasionar los cierres. Si no estamos de acuerdo con la política institucional de nuestra universidad, tengamos el coraje, la valentía, el arrojo de renunciar y salir a buscar otra entidad donde si nos sintamos a gusto. Las oficinas de Bienestar universitario deben incluir un programa de visitas académicas para aquellos estudiantes que se destacan como líderes, y semestralmente llevar un número de ellos a EEUU y Cuba para que comparen realidades y puedan tener elementos de juicio fundamentados en la realidad. Para criticar o descalificar, hay que conocer y no hacerlo únicamente sobre imaginarios. Así se darán cuenta que los “capitalistas”, “colonos” “agiotistas”, “terratenientes” que “combaten”, son en realidad una cantidad de hijos de inmigrantes de nuestros países y de países europeos, asiáticos y africanos. Encontrarán un país desarrollado tecnológicamente con una infraestructura vial espectacular (vías de 4 carriles que no se comparan con las nuestras de 5 o seis metros por donde escasamente pasan dos vehículos). Una nación en donde no existen 6 o 7 personas recibiendo peajes sino que cada carro porta un chip que cuando pasa por allí, automáticamente se le debita el valor de éste. Verán que en las bombas o surtidores de gasolina no hay un grueso de personas atendiendo sino que cada propietario de vehículo (que son en su mayoría todos los norteamericanos ya que la consecución de éstos y del último modelo, es muy fácil), debe él mismo llenar el tanque y pagar a través de su dinero plástico. Verán que en los supermercados no atienden las cajas jóvenes mozalbetes llenos de vida e ilusiones a quienes vilmente desperdiciamos e impedimos que estudien o se formen, sino personas de la tercera edad, pensionadas o jubiladas o en el mejor de los casos, cada quien registra y se paga los productos en cajas automáticas. Encontrarán un país con leyes, reglas o normas que todo mundo conoce, respeta y cumple y de allí su innegable organización y desarrollo. Los productos elaborados allá son de optima calidad, finos y duraderos porque tienen maquinas y equipos de ultima generación y elevada tecnología atendidos en su mayoría por inmigrantes nacionalizados en Norteamérica. (Los nacionales “pura sangre” gringa ya no existen. Todos descienden de algún extranjero). Las estructuras energéticas, hídricas y de comunicaciones son las que nos producen la envidia que raya en odio. Todos los hogares de allá tienen acceso a la red Internet, por consiguiente en cada casa se encuentra como mínimo una computadora al igual que una lavadora y una secadora automática. Las casas, no son como las nuestras apeñuscadas o aglomeradas una tras la otra o uno encima del otro. No, las de allá son independientes con jardín o grama alrededor de sus cuatro costados. Obviamente existen apartamentos pero éstos son amplios y se arriendan con nevera, lavadora de platos y ropa y secadora de prendas. Allá el oportunista, ratero, estafador, es muy escaso. Porque conocen la “dura lex”. Y visitando a Cuba se darán cuenta que Fidel fue un soñador que quiso hacer una nación igualitaria, con riqueza equitativamente distribuida, con cero analfabetismo y lo único que logró fue crear la mas grande cárcel del mundo. Cuba, desafortunadamente, es un país invadido por la miseria, la pobreza extrema en donde los jóvenes reflejan en su rostro la tristeza y las ansias de libertad y los viejos llevan en su rostro el cansancio y en el alma la convicción de que lo hecho estuvo bien y fue lo mejor del mundo. Allá también existe la “dura lex” pero diferente. En cada cuadra se encuentra un “miliciano” que es mas bien un vigía que controla brotes de insurrección o sedición y sin embargo cantidad de jóvenes, allá conocidas como “jineteras” logran burlarlo y por necesidad de subsistencia y por 30 dólares entregan sus atributos a los visitantes extranjeros. Los vehículos de la Isla datan en su mayoría de la década de los 50 y son muy pocos los isleños que pueden ser propietarios de ellos. Los profesionales, ganan un mínimo y al igual que el grueso de la población reciben una “ración” de alimentos quincenal. En todas las viviendas se ve la ropa secándose al sol en la parte exterior de éstas. La infraestructura física del país, es un verdadero monumento histórico congelado desde los 50. Los hogares, son prolíficos. Varias personas habitando una misma pieza. Existe racionamiento de luz y agua. Para concluir, que queremos para nuestros hijos? Una Colombia subdesarrollada como Cuba o una nación prospera y evolucionada como EEUU, Inglaterra o Francia? Queremos una universidad pública en constante huelga o paro, o en permanente cambio y enseñanza? La queremos con docentes apropiados de su rol o con holgazanes y negligentes despreocupados de su condición de formadores?. Que no tenemos un presupuesto adecuado? Que el Gobierno le va a quitar la ayuda presupuestal!!. Eso se está diciendo desde hace más de medio siglo. Y ese es el caballito de batalla de los caballeros de la guerra. Y esa también es la misión y gestión que debe hacer un administrador: conseguir recursos para mantener ondeante la bandera de la enseñanza en el claustro universitario. Colega docente, despertemos de nuestro letargo. No nos prestemos al juego de los maniáticos del desorden. No nos dejemos amedrentar por esa minoría que por conveniencia personal siempre busca estar de brazos caídos. Convoquemos a nuestros compañeros y formemos un grupo de rechazo a las políticas de cierre y de paro. Asistamos a las asambleas y en forma cohesiva, digamos no al paro, no al cierre y convoquemos a nuestros hijos para que se paren en la raya y hagan lo mismo. Apoyemos la política de autoridad de los rectores, cerremos circulo en torno a ellos y de los directivas que pretenden mantener la U abierta.

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