Almas en Desgracia. By: Yarime Lobo Baute
19 de Junio del 2025 a las 10:14:09 0 Leído (7)
Obra: ALMAS EN DESGRACIA
Serie: Inconsciente Colectivo
Técnica: Acrílicos y Vinilos
Autoría: #YarimeLobo
Año de Inspiración: 2019
Era tarde ya cuando llega a mí a través de las redes virtuales la nefasta noticia de la partida dolorosa de Jessy Paola Moreno y su bello hijo May Nicolás, una mujer en plena flor de una edad productiva, con una formación profesional como la Administración de Empresas, con un aparente soporte espiritual que recibía en una locación de corte Cristiana, no cabe en la cabeza común por qué tomó tan desgarradora decisión, mientras lo analizaba reventé en llanto, porque de alguna manera si lo sé, mientras lo senti pienso frente a mis ojos aparece aquel tren de los buenos tiempos que me lleva su antojo a ese pasado y me ubica en aquella casa vetusta de la carrera tercera, escuálida casa vieja a la que alguna vez llegaron a llamar la Casa de la Paz, esa de puertas y ventanas añejas, esa de pisos de antaño y puertas marronas descarchadas, me hallaba allí experimentando la más terrible agonía, aquel trabajo que me daba estabilidad y formas de sortear con decoro y dignidad la cotidianidad de la mano de mis dos hijitos había cesado de manera definitiva, mi mente era una maraña de diálogos angustiantes que iban de salto en salto a pasado y futuro creando en mi interior una zozobra y angustia terrible al no ver con claridad el camino que debía tomar en contraste con aquellos gastos y responsabilidades que no dan espera, era una sensación terrible que robaba el fuego de mi espíritu de una manera asombrosa, sentía como me iba apagando en medio de la impotencia de no avizorar trabajo alguno que me permitiera sortear tan dura situación.
Los días pasaban, todo comenzaba a agotarse, la paciencia fue la primera en abandonarme, me hice más alterada, el terror de ver a mis hijos padecer era indecible, era difícil mantenerse en pie ante semejante panorama de escasez, todo en mí se hacía oscuro, todo en mí se hacía pesares y llanto, aquellas voces de penas y lágrimas sin consuelo cada vez eran más fuerte y parlanchinas en mi interior, era desolador y la opción de morir era la oferta más segura que tenía al frente, recuerdo como ayer aquella sensación que me hizo estallar en llanto cuando me enteré de la decisión fatal de Jessy Paola, sentí el deseo de morir más fuerte aun en aquel entonces, pero algo me detenía y era la angustia de dejar a mis hijitos aquí a manos de quien sabe qué o quién, eso me detenía, pero el sentimiento de morir era más fuerte día a día, una noche tremendamente oscura marcó el destino de mi vida sobre esta tierra en que como nave espacial vamos montados todos, lloraba a cantaros y observaba a mis hijitos mientras dormían, los pensamientos de pesares y suicidio eran como aguijones rojos, eran terribles, se clavaban en mi alma, me robaban el aliento noche y día, día y noche sentía como me succionaban buscando dejarme sin sangre, con los huesos secos. Me paré frente a la cama de mis dos hijos, mis amados lobeznos, los observaba, tan inocentes, tan llenos de mi ser, ¿Cómo carajo podría morir y dejarlos a ellos aquí en este mundo inconsciente e incomprensible? … Caí de rodillas al piso, mi llanto era incontrolable, pegué mi frente al piso y extendí la palma de mis manos clamando al cielo, fue impresionante aquella escena, pero a su vez fue determinante para ser lo que hoy soy.
¡Esa noche en aquella habitación hubo una batalla, la pude ver, la pude sentir, era el mismo personaje que se enfrentara a Francisco El hombre en otrora, esta vez lo hacía conmigo, me observaba molesto por aquella postura de rodillas que había tomado, eso había activado una capsula sobre mi cuerpo, una especie de arcoíris cubría como caparazón mi afligida humanidad, era radiante de colores resplandecía y se posaba sobre mis manos, la sensación de paz no tuvo nombre! … La noche fue larga e interminable, mis lágrimas se secaban, el corazón se encendía, esa es una sensación que sobrepasa todo entendimiento, ese día recibí una misión que transformó mi vida por completo de ahí en adelante, tenía la misión de PINTAR, pintar con pluma, pintar con lápiz, pintar con agua, tenía que pintar, ese era el mandato. Fui obediente, pese a no tener el panorama de trabajo aún muy claro obedecí y más cuando ví aparecer ante mis ojos algo que traspasó mi alma, llegaron otros seres, venían con el ropaje de AMIGOS, venían a darme de sus manos lo que yo no tenía, fue así como aparecieron pinceles, aparecieron colores, llegaron lienzos y bastidores, ERA MAGICO e imposible de creer, menos ante esto podía caer en desobediencia, era irremediable el mandato: TENIA QUE PINTAR lo que moraba en mi Corazón.
Y comencé a pintar, empecé por aquellas marronas puertas escarchadas y destartaladas, pasaron de ser eso a convertirse en aires de colores, LOS AIRES VALLENATOS, llegó el Merengue, apareció el Paseo, se hizo presente la Puya y el Son, este último a recordarme siempre aquel momento de melancolía y oscuridad que se hizo LUZ, hice entonces del Son una libélula contenta y llena de color. Apareció también una puerta que se llamó Pilón, por aquello de que se pila el AMOR AMOR. Mientras lo hacía, mientras pintaba todo se tornó risas y alegrías, en especial porque comencé a constatar que Dios no anda en los Aires como decía Alejo, Dios en la tierra si tiene AMIGOS y estos llegaban a visitarme, fue así como llegó aquel ángel de ojos verdes melancólicos a darme la hoja de ruta, todo ese espacio se llamaría LOS LOBEZNOS y sería más que hotel una ESTACIÓN entonces pinté y pinté con más emoción. También llegó otra Amiga querida de los años primavera, mi amiga de todos los tiempos y transformó aquellos baños de la casa para hacerlos más amables y agradables, apareció otra a organizarme una GRAN EXPOSICION en aquel Centro Comercial que lleva el nombre de nuestro hermoso río legendario.
Con los días aparecían unos y otros, eran los amigos que Alejo Durán creía que Dios no tenia en la tierra, sentía con los días el aire de Dios correr libremente por aquella casa, los lienzos fueron aquellos costales de recolección de la siembra de algodón de mi padre terrenal, aquel cronista de curramba, de estatura elevada y pluma mágica llegó a hacer de aquel patio de la casa una CUEVA a la que bautizó LA CUEVA DE LA LOBA, recuerdo cuando llegó el Pelicano come sardinas a tomar fotos de cada rincón, venía con ella, aquella mujer que transformó mi manera de vestir y me arropó con túnicas de colores con el mandato que así lo debía hacer siempre. Esa casa se llenó de LUZ y COLOR, recuerdo como ayer cuando abrió sus puertas, estuvieron ellas, las chicas superpoderosas de la Alianza Francesa, me enviaban todos los artistas que traían a hospedarse en mi guarida de colores… Estaba también él, mi maestro Germán, incitándome y exhortándome siempre a nunca cesar de pintar porque si lo hacía me ganaba la batalla aquel ser de mano roja y cara oscura que se enfrentó a Francisco.
Recordaba extasiada aquella época cuando de repente todo el ambiente se hizo oscuro, una oscuridad tremenda que abrumaba el alma, la opresión en el pecho era impresionante, la ansiedad sin límites, cuando aparece entre toda esa bruma el, el personaje que arropa su rostro y lo hace sombras, el personaje de la mano roja estaba frente a mi sosteniendo un acordeón con par de cachos a los costados con el que suele tocar el vallenato al revés , me observaba desafiante, me desafiaba esta vez a visitar su mundo y constatar con mis ojos a donde se llevó a Jessy Paola y su hijito May Nicolás. Quedé perpleja ante tamaña invitación y reto, pero mis deseos de abrazar a esta mujer y su hijo estallaban en mi pecho, así que acepté a condición de que iba con mi escudo y espada de combate, que para este caso lo representa mi paleta de colores y pinceles, de mala gana aceptó la condición. Aquel tren de los Buenos Tiempos al entrar el personaje retador de manos rojas en él se tornó oscuro, lúgubre, se transformó en un tren de agonías y pesares, aun así, subí y arranque con él por la carrilera del nunca jamás para esa estación donde mora él.
El recorrido era estremecedor, los ríos estaban secos, las praderas no eran verdes, había muchos socavones que bien podrías ser la fosa común de un pueblo entero, las ciénagas eran suelos craquelados, habían puentes, pero estaban caídos, habían vías pero inacabadas, era impresionante en especial por el colorido a blanco y negro de todos los lugares que antes fueron de colores, observaba aterrada cuando el desafiante ser manos rojas me avisa que ya estamos llegando, lo sentí en el alma, me estremecieron los lamentos, sentir dientes crujir de ira, sentí la agonía en su máxima potencia, era aterrador mirar, habían seres, habían almas, todas en desgracia estaban enclavadas en un piso de damero a blanco y negro, habían manos, muchas manos rojas, árboles secos de donde pendían como frutos cabezas de lo que antes fue un alma, se notaba su desgracia, se sentía cual más su dolor incesante, su parloteo impresionante, su gemir aterrorizante. No aguanté más la escena y lo increpé decidida a que cumpliera el motivo y razón por el cual me había traído allí, soltó la carcajada mientras decía ¿Acaso tienes miedo? Es el sentimiento que me hace disfrutar acecharlos allá en su mundillo irreal, atemorizarlos, llenarlos de miedo y desazón, entretenerlos con aquello que no es esencial, porque lo esencial es invisible a los ojos, no lo verán mientras les produzca eso: ¡MIEDO!
¡Con su dedo alargado y seco señaló a un punto de ese deprimente lugar y los vi, mi corazón se arrugó!! ¡LOS VI!!! Estaban allí en la misma postura que cuando se lanzó con su hijito de aquel puente elevado, quise correr a abrazarla, pero la Manos Rojas lo impidió, dijo que mi tiempo allí se había acabado y ya tenía que volver, mientras regresaba mis ojos se clavaban en esa imagen que el personaje siniestro me permitió ver, allí estaba ella, Jessy Paola con su rostro empapado en llanto, abrazada fuertemente a su hijito, tarareaba en mi mente un mensaje que hallé de ella en el cual decía: “Ser madre significa que tu corazón ya no es tuyo, sino que deambula donde quiera que tus hijos estén”, me estremecí y sentí en medio de la agonía y dolor algo de Paz por la plena certeza de saber dónde está el corazoncito de su pequeño hijo May Nicolás.
P.D. Este año empezó con sangre con el asesinato de líderes sociales, la mano roja se apodera del territorio paso a paso con su arma más contundente: SEMBRAR MIEDO. Pero OJO que la mano roja también está en otros lados, trabaja de manera meticulosa y silenciosa la mente de cada uno de ustedes, de nosotros, con aguijones diarios va haciendo su tarea que se evidencia con el hecho de que cada tres horas se registra un suicidio, en los dos últimos años la tasa de quienes se quitan la vida no ha bajado de 5 por cada 100.000. Entre 6 y 7 personas se quitan la vida cada día, los registros de los últimos 10 años indican que el suicidio ha ido en aumento lento pero progresivo en este país. La Mano Roja no cesa de trabajar en su finalidad, llevarnos a todos a su mundo personal, ¿qué estamos haciendo nosotros para contrarrestarla desde nuestros propios lugares? Emprender es el camino, tomar con fuerza nuestros sueños, reinventarnos es una urgencia para la salud del cuerpo social, tan ávido y necesitado de que los emprendimientos culturales aventuren el signo de nuestros cambios y las epopeyas de nuestras angustias y utopías.