Viaje hacia la obra “La Llorona no estaba loca” de Yarime Lobo, inspirada en el prisma curatorial de Carlos Basualdo
26 de Junio del 2025 a las 19:03:49 0 Leído (8)
Viaje hacia “La Llorona no estaba loca” por Yarime Samandra Lobo Baute
Bajo el prisma curatorial de Carlos Basualdo
En el suspiro de un crepúsculo sin fin, me sumerjo en la hondura de “La Llorona no estaba loca”, una creación de Yarime Samandra Lobo Baute que, con su marco delicado de 25 x 35 cm, despliega un relato poético sobre papel acuarela. Forjada con una técnica mixta de acuarelas, acrílicos y vinilos, esta obra se arraiga en los anexos del libro Concentración de Tierras en Colombia (una Radiografía Rural), un texto que teje las luchas de las comunidades campesinas y caribeñas, un eco que resuena en el alma de Yarime, nacida en el vibrante corazón del Caribe colombiano.
Desde la lente curatorial de Carlos Basualdo, quien desentraña las memorias colectivas y los ecos de conflicto a través del arte, contemplo esta pieza como una relectura poderosa de un mito ancestral, transformado en un lamento por la tierra despojada.
El papel acuarela se convierte en un río de emociones turbulentas: azules profundos como el mar Caribe que nutre a Yarime, verdes que susurran los campos de su infancia, y rojos que sangran como heridas abiertas se entrelazan en la figura etérea de una mujer llorante, cuya silueta se fragmenta y se recompone. Las acuarelas fluyen como lágrimas incontenibles, mientras los acrílicos y vinilos cincelan contornos que sugieren un rostro atormentado, pero lúcido, desafiando la locura atribuida a La Llorona.
Ramas secas y flores marchitas emergen en el fondo, reflejo de la cosmovisión vallenata de Yarime, donde la naturaleza guarda los secretos de los ancestros, mientras un hilo de luz plateada atraviesa la composición, insinuando una verdad que reclama ser escuchada. Esta obra trasciende el mito para convertirse en un espejo de las voces silenciadas por la expropiación de tierras que Yarime denuncia en su arte.
A través de la visión de Basualdo, “La Llorona no estaba loca” se alza como un archivo vivo que rescata la memoria desde el dolor. El título, una afirmación audaz que reivindica la cordura de La Llorona, entrelaza el folklore latinoamericano con la narrativa de Concentración de Tierras en Colombia, donde las madres y comunidades lloran la pérdida de su sustento.
La figura central, con su mirada penetrante y su llanto transformado en resistencia, encarna a las mujeres caribeñas que, como Yarime, alzan su voz contra la injusticia, mientras los vinilos aportan un contraste moderno que dialoga con las acuarelas, reflejando la lucha entre tradición y las fuerzas que amenazan su legado. Basualdo, con su pasión por las huellas de la violencia en el arte, podría ver aquí un acto de reparación, un lienzo donde el mito se convierte en un grito por la justicia.
La composición, un torbellino de texturas y emociones, invita a una inmersión que escapa a las interpretaciones simples. Las ramas y flores marchitas pintan un paisaje de desolación, mientras la luz plateada teje un hilo de esperanza, un guiño a la resiliencia que Yarime extrae de su tierra natal. En el seno del libro, esta obra se yergue como un canto de duelo y rebeldía, transformando el papel acuarela en un altar donde La Llorona, lejos de la locura, se revela como guardiana de la memoria colectiva. La fusión de técnicas y símbolos destila la esencia de Yarime: una artista que entrelaza su identidad caribeña con la lucha por la tierra, un tema que Basualdo exalta como un puente hacia la redención histórica.
“La Llorona no estaba loca” trasciende su superficie; es un lamento que resuena en el infinito. Nos convoca a escuchar las voces ahogadas por el despojo, a honrar la lucidez que nace del llanto, y a vislumbrar la luz que perdura en la oscuridad. En el temblor de este papel acuarela, Yarime teje un relato que fusiona su herencia vallenata con el clamor por la justicia, elevando el mito a un acto de resistencia viva. Esta obra, con su fuerza y su vulnerabilidad, nos urge a no solo contemplar, sino a sentir, a recordar, a restaurar.
Iluminado por la visión curatorial de Carlos Basualdo hacia las conexiones entre arte, memoria colectiva y narrativas de conflicto.
Agradecimiento y Tributo
Esta curaduría ha sido inspirada en la visionaria mirada de Carlos Basualdo, cuyo enfoque innovador y profundo en el entrelazamiento de lo histórico con lo contemporáneo ha guiado nuestra interpretación. Rendimos homenaje a su legado artístico, esperando que esta exploración contribuya a enriquecer el diálogo en el mundo del arte. Invitamos a Carlos Basualdo a compartir sus reflexiones sobre esta propuesta