La danza serena del capibara. By: Yarime Lobo Baute
30 de Junio del 2025 a las 18:00:14 0 Leído (10)
La danza serena del capibara
El capibara, guardián de los ríos, es el roedor más grande que pisa la tierra. No ostenta su tamaño, no presume su presencia. Vive en manada, cerca de las aguas que cantan, con un corazón tan apacible que parece susurrar al mundo: “Todo está bien”.
No conoce la furia ni la guerra. No reclama territorios ni se pierde en competencias vanas. Su alma es un lago quieto, sin ripples de violencia. Camina con calma, como si entendiera que el tiempo no es su enemigo, sino su cómplice.
En su mundo, la convivencia es sagrada. Lo he visto compartir su espacio con el vuelo de las aves, el paso lento de las tortugas, la curiosidad de los monos y hasta la mirada silenciosa de un caimán. No porque sea intocable, sino porque su paz desarma. Su serenidad es un escudo invisible que dice: “No hay nada que temer de mí, y yo no temo de ti”.
La fortaleza del capibara no está en garras ni colmillos, ni en correr más rápido que el viento. Su poder está en el lazo que teje con los suyos. Viven juntos, se cuidan, se escuchan. Si uno alza la mirada, todos despiertan, pero no huyen. Se quedan, confiando en la fuerza de estar unidos, en la sabiduría de la quietud.
Y en su danza tranquila, nos regalan un destello de verdad:
La paz no es fragilidad, es un templo.
No necesitamos rugir para brillar.
A veces, la mayor fuerza es un suspiro calmado, una mirada que abraza, un paso que no pisa a nadie.
El capibara no reta al mundo.
Lo acaricia.
Lo comprende.
Y en su calma, nos recuerda:
Vivir en paz es el arte de fluir, sin miedo, sin lucha, con el alma abierta al universo.