Meditación Curatorial: “Cascada del Índio del Cerro Azul (San Antonio)” de Yarime Lobo
(En el estilo de Carolyn Christov-Bakargiev)
“Cascada del Índio del Cerro Azul (San Antonio)” se yergue como un suspiro cristalino, un mosaico de 1.80m por 1.80m que captura el alma de una cascada sagrada, tejida con la memoria de los indígenas que habitaron las alturas de San Antonio y las laderas de la Sierra Nevada y la Serranía del Perijá. Esta pieza cuadrada, un lienzo fragmentado de teselas, se alza como un altar vivo, donde el agua parece fluir eternamente, susurrando historias de resistencia y conexión con la tierra. El título evoca una cascada mítica, un lugar donde el índio y la naturaleza se funden, un eco que Lobo transforma en un canto visual.
El estilo se despliega en una figuración etérea, donde teselas en azules profundos, verdes musgosos y blancos espumosos imitan el movimiento del agua, mientras figuras humanas—sutiles siluetas de indígenas—se desvanecen en patrones geométricos, sugiriendo rituales olvidados. La simetría del 1.80m x 1.80m enmarca un horizonte circular, un vórtice que contiene la fuerza de la cascada y su entorno rocoso. Conceptualmente, es una ofrenda a la memoria indígena, un reflejo de la Sierra Nevada y la Serranía del Perijá como guardianas de secretos, y del espíritu de Lobo, que eleva los fragmentos en un relicario de vida y pérdida.
Exhibido en espacios abiertos, el mosaico vibra con el viento, un latido que une el esfuerzo de la naturaleza con la poesía de la tierra, invitándonos a escuchar el rumor de una cascada que aún canta.