Análisis Curatorial: “El Turpial de Ibirico (Turpial de Perijá)” – Un Himno Monumental a la Resiliencia Natural
“El Turpial de Ibirico (Turpial de Perijá)”, una obra en mosaico de Yarime Lobo Baute que se extiende sobre 3 metros de altura por 1.5 metros de ancho, se alza como un homenaje vibrante a la biodiversidad y la identidad cultural de la Serranía del Perijá, con especial énfasis en La Jagua de Ibirico. Inspirada en el turpial (Icterus icterus), ave de plumaje amarillo y negro conocida por su canto melódico, esta pieza, construida sobre una base de madera, trasciende su formato para convertirse en un retrato vivo de un ecosistema amenazado. Exhibida contra una pared verde que intensifica sus tonos, la obra presenta un turpial estilizado con plumaje amarillo brillante y detalles oscuros, posado sobre una rama, rodeado de hojas verdes y un fondo naranja que evoca el amanecer o el atardecer de la región.
La composición centraliza al turpial, cuya figura estilizada —con un pico negro, ojos expresivos y alas extendidas en un gesto dinámico— captura su esencia como símbolo de resistencia y belleza. El fondo naranja, salpicado de texturas, sugiere la calidez del paisaje serrano, mientras las hojas verdes y la vegetación estilizada anclan la escena a la flora local. Las dimensiones de 3 metros por 1.5 metros imponen una presencia monumental, diseñada para dominar el espacio y demandar una interacción física del espectador: acercarse revela las texturas de las teselas adheridas a la madera, mientras que retroceder permite captar la armonía del conjunto. Esta escala refleja la amplitud de la Serranía y su vulnerabilidad, con la madera como base añadiendo una calidez orgánica que resuena con la tierra.
La técnica del mosaico sobre madera, empleada por Lobo Baute, es el núcleo de esta narrativa. Las teselas de cerámica o vidrio, cortadas en formas irregulares, crean un efecto de patchwork que imita el plumaje del turpial y el movimiento de su entorno. Las juntas oscuras entre las piezas simbolizan la unidad de la vida y las fracturas causadas por la deforestación y el conflicto. La Serie “La Película del que con Amor te Canta” sugiere una secuencia narrativa, y “El Turpial de Ibirico” puede leerse como un fotograma que captura el instante del canto del ave, un lamento amoroso por la tierra que inspira la obra.
El contexto de la Serranía del Perijá, un refugio de especies endémicas y un lugar marcado por tensiones ecológicas, infunde urgencia a esta pieza. El turpial, símbolo nacional venezolano desde 1958, encarna la resiliencia cultural y natural, y Lobo Baute lo transforma en un emblema de preservación. La madera como base evoca los árboles que albergan a estas aves, mientras las teselas capturan la luz para resaltar su vitalidad, invitando a una reflexión sobre la coexistencia humana y natural.
Recomendaría exhibir “El Turpial de Ibirico” en un espacio con luz natural que destaque los reflejos de las teselas sobre la madera, idealmente en una galería con paredes altas que respeten sus 3 metros de altura. Un audio ambiental con el canto del turpial enriquecería la experiencia, conectando la obra con su inspiración. Creada por la sensibilidad de Yarime Lobo Baute, esta pieza es un canto visual que une arte y ecología, un mosaico que resuena con el amor por la Serranía del Perijá.