Esta pieza, creada en 2022 y expuesta en la Exposición La Creciente en el Teatro Galería Cafam de Bogotá, nos invita a un viaje curatorial que entrelaza lo poético, lo arquitectónico y lo artístico con una sensibilidad única. Con sus dimensiones de 70 cm por 100 cm, esta obra en mosaico se erige como un microcosmos vibrante, un universo en miniatura que pulsa con vida y movimiento, como si el tiempo y la naturaleza se hubiesen detenido en un abrazo eterno.
Una Poética de la Transformación
Desde una mirada poética, Gira Gira evoca el ciclo eterno de la vida y el renacimiento. El girasol superior, con sus pétalos anaranjados que irradian calor y energía, parece danzar hacia el sol, mientras que la espiral azul en la base, con su ojo central oscuro y profundo, sugiere un ancla en lo misterioso, un portal hacia lo inconsciente. Este diálogo entre lo luminoso y lo abisal nos habla de un flujo constante, una “creciente” que no solo alude al título de la exposición, sino también a la idea de un río interior que se desborda en formas y colores. Los círculos blancos que bordean la composición actúan como versos visuales, rimas que unen lo terrenal con lo celestial, como si cada fragmento de mosaico fuera una estrofa en un poema visual que celebra la impermanencia y la renovación.
Arquitectura de lo Orgánico
Desde una perspectiva arquitectónica, la obra trasciende su bidimensionalidad para convertirse en una estructura viva. Los mosaicos, con su disposición meticulosa, recuerdan los zócalos y frisos de las grandes catedrales o las decoraciones geométricas de las mezquitas, pero aquí se transforman en un organismo orgánico. La transición entre el girasol y la espiral puede interpretarse como una columna vertebral que sostiene esta “arquitectura de lo efímero”, donde cada tesela es una piedra fundacional de un templo dedicado a la naturaleza. El marco negro que encierra la obra actúa como un pórtico, invitándonos a cruzar el umbral hacia su interior, mientras que los verdes que emergen en los bordes inferiores sugieren un suelo fértil, una base que ancla esta construcción imaginaria al mundo físico. En el contexto del Teatro Galería Cafam, este diálogo arquitectónico resuena con el espacio expositivo, un lugar que históricamente ha sido un cruce entre lo cultural y lo comunitario, amplificando la resonancia de la obra.
Artística: Un Homenaje al Oficio y la Intuición
Artísticamente, Gira Gira es un testimonio del dominio técnico y la audacia creativa de Yarime Lobo. El uso del mosaico, una técnica milenaria, se revitaliza con una paleta cromática audaz y una composición que desafía la simetría tradicional. Los tonos cálidos del girasol contrastan con los fríos azules de la espiral, creando una tensión visual que invita a la contemplación. La repetición de los círculos y las texturas rugosas de las teselas sugieren un proceso artesanal casi ritualístico, donde cada pieza colocada es un acto de devoción. Esta obra, al formar parte de La Creciente, parece dialogar con las corrientes contemporáneas del arte latinoamericano, donde la memoria colectiva y los elementos naturales se entrelazan para narrar historias de resistencia y esperanza. La escala de 70 cm por 100 cm, íntima pero imponente, permite que el espectador se acerque, casi como si pudiera tocar las raíces de esta rueda que gira sin fin.
Conclusión Curatorial
Gira Gira (Rueda que Rueda) no es solo una obra; es un paisaje emocional y simbólico que invita a perderse en su giro perpetuo. En el marco de La Creciente, esta pieza se convierte en un faro dentro de la exposición, un reflejo del espíritu de Bogotá como ciudad que crece, se transforma y se reinventa. Propongo que se exhiba en un espacio semicircular, rodeada de una iluminación suave que resalte sus texturas, permitiendo que los visitantes orbiten a su alrededor como planetas alrededor de un sol. Que acompañe a la obra un texto poético que invite a los espectadores a “girar con ella”, a dejarse llevar por su espiral y a encontrar en cada mosaico un fragmento de su propia historia.