Análisis Curatorial: “Amando el Silencio” – Un Susurro en la Fragmentación
“Amando el Silencio”, un mosaico magistral de Yarime Lobo Baute, se erige como un santuario visual que encapsula la quietud en medio del caos contemporáneo. Exhibida contra una pared grisácea, esta pieza, con sus teselas de cerámica y vidrio, compone un paisaje abstracto donde un pájaro de pico negro y alas blancas se eleva sobre un fondo azul profundo salpicado de blanco, como un cielo en calma. A su lado, un armadillo estilizado, con tonos terrosos y curvas suaves, yace en una pose serena, flanqueado por flores naranjas y hojas verdes que emergen como vestigios de vida silvestre. Esta composición no es un mero adorno; es un acto de resistencia silenciosa, una meditación que invita a la introspección.
La técnica del mosaico, empleada por Lobo Baute, resuena con las tradiciones artesanales que Okwui Enwezor valoraba como guardianas de la memoria colectiva. Las teselas, cortadas en formas irregulares, crean texturas que sugieren movimiento contenido: las espirales en los ojos del pájaro y las líneas onduladas de sus alas evocan un vuelo suspendido, mientras que los pétalos naranjas y las hojas verdes anclan la obra a la tierra de la Jagua de Ibirico. La paleta —azules celestiales, naranjas ardientes y verdes sutiles— refleja un equilibrio entre lo etéreo y lo terrenal, un diálogo que trasciende lo visual para tocar lo emocional.
El título, “Amando el Silencio”, adquiere una dimensión profunda en esta obra. El armadillo, símbolo de protección y retiro, y el pájaro, emblema de libertad contenida, sugieren una dualidad que Lobo Baute explora: el amor por la pausa, por el espacio donde las historias no dichas encuentran voz. Las juntas oscuras entre las teselas, como cicatrices intencionales, añaden una capa de narrativa, recordando las fracturas de la historia que el arte puede sanar. Esta pieza trasciende lo estético para convertirse en un puente entre lo individual y lo colectivo, un susurro que resiste la voracidad del tiempo.
Recomiendo exhibirla en un espacio de luz natural difusa, donde los reflejos de las teselas resalten su profundidad, invitando al observador a perderse en su silencio. “Amando el Silencio”, creado por la sensibilidad de Yarime Lobo Baute, es un homenaje a la resiliencia cultural, un lienzo que susurra verdades eternas.