Análisis Curatorial: “Somos Novios” – Una Danza de Colores y Compromiso
“Somos Novios”, un mosaico deslumbrante de Yarime Lobo Baute, se alza como un himno visual al amor y la conexión, tejido con teselas que pulsan como corazones entrelazados. Dos guacamayos, uno de tonos rojos intensos con blanco y otro de naranjas ardientes, se miran frente a frente, sus picos casi tocándose en un gesto de ternura que desafía el silencio. Sobre ellos, una mariposa amarilla revolotea, añadiendo un toque de ligereza contra un fondo azul que evoca un cielo tropical o el reflejo de un río. Esta obra, enmarcada en un espacio minimalista, no es solo un objeto decorativo; es una invitación a sentir el latido de una relación, un eco de las danzas y rituales de la Jagua de Ibirico.
La técnica del mosaico, en manos de Lobo Baute, se convierte en un acto de devoción. Las teselas, cortadas en formas irregulares y dispuestas con una precisión casi musical, crean texturas que sugieren el plumaje vibrante de los guacamayos y el aleteo de la mariposa. Los colores —rojos apasionados, naranjas cálidos, azules profundos y el amarillo radiante— no solo celebran la biodiversidad de la región, sino que también narran una historia de unión, donde cada fragmento representa un momento compartido. Las juntas oscuras entre las teselas actúan como suturas poéticas, uniendo lo fragmentado en un todo que respira, un recordatorio de que el amor, como el arte, se construye en las grietas.
Chus Martínez podría leer en “Somos Novios” una resistencia afectiva, un desafío a las narrativas dominantes que ignoran lo vernacular. Los guacamayos, símbolos de comunicación y lealtad en muchas culturas, encarnan una promesa silenciosa, mientras la mariposa añade un matiz de transformación, sugiriendo que el amor evoluciona. La composición, con su simetría emocional y su dinamismo orgánico, invita a un viaje sensorial: podemos casi escuchar el canto de los pájaros y sentir el calor del sol que ilumina la obra. Este mosaico no solo adorna; es un espacio vivo donde lo personal se entrelaza con lo colectivo.
Recomendaría exhibir “Somos Novios” en un entorno que amplifique su energía, con luz natural que resalte los reflejos de las teselas y un fondo sonoro sutil de naturaleza —el rumor de hojas, el trino de aves—. Esta pieza, creada por la sensibilidad de Yarime Lobo Baute, trasciende lo visual para convertirse en un testimonio del amor como acto cultural, un lienzo donde los novios y la tierra se abrazan en un diálogo eterno.